Uno cada vez se encuentra más porno amateur, o en ciertos casos semiprofesional (por aquello de que se venden los vídeos o se ruedan de maneras personalizadas a petición de los clientes que pagan el extra), que se puede comparar sin ningún problema con el prono supuestamente comercial de siempre. Las cámaras son más baratas y mejores, las conexiones son más rápidas y sobre todo existe una generación de jovencitos y jovencitas que han crecido consumiendo porno en internet y saben perfectamente lo que hay que hacer, cómo hacerlo y hasta cómo promocionarlo.
El último descubrimiento que me he cruzado es Secretcrush, una rubia anónima de 19 años que graba vídeos de todos los sabores con su novio pero que, a juzgar por su cuerpazo y su inventiva (particularmente con el sexo anal), lo tiene todo para ser una pornstar de primerísimo nivel… si ella quisiera.
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