Muchas vírgenes bajo palio no pudieron hacer su trayecto la pasada Semana Santa debido a la lluvia generalizada en casi todo el país, pero en Orgasmatrix contamos con Hazel Moore, una deidad que nunca falla y que admite todo tipo de “lluvias” y de profanaciones. No en vano, hace poco bajó de nuevo a la tierra con su piel blanca irradiando luz tan celestial como pecaminosa, en contraste con dos criaturas negras armadas con grandes falos dispuestos a degustar los adentros de nuestra musa. Ella se ríe y gime con ambos taladros dentro de su cuerpo y cumple su cometido de hacer felices a los demás mientras obtiene grandes dosis de placer; esto es, una simbiosis perfecta digna de ver en alta definición.
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