Cuando Samantha Rone llegó al porno destacó de inmediato gracias a la gran baza que propone a sus fans: unos ojazos azules gigantescos y una expresión angelical como nunca ha alcanzado ni la más tierna de las teens. Lo que nadie esperaba, y me incluyo, es que debajo de esa fachada tan inocente se escondiese una auténtica devoradora de hombre, una bestia sexual capaz de rubricar porno de alta intensidad y máxima exigencia. El anal, de hecho, ya no tiene secretos para ella: lo practica frente a la cámara desde hace años y el más reciente, incluido en la película P.O.V. Sluts: Anal and Squirt Edition de Evil Angel, es muy significativo de sus capacidades.
Fuente alternativa:
Comentarios