En la productora Dorcel no son de los que piensan que la venganza es un plato que debe servirse frío, sino que, al contrario, son del parecer que hay que servirlo en caliente y si es posible, muy caliente. Eso es al menos lo que se deduce de Revenge, la última película del director estrella de la casa, Herve Bodilis, en la que el fetichismo por la lencería fina y el porno de calidad son indiscutibles sellos de identidad. El elenco de estrellas es sorprendente: Emily Willis, Anissa Kate, Clea Gaultier, Cherry Kiss, Carollina Cherry y Clara Mia, además del afortunado semental Tony Carrera. Y la trama es una suerte de «Ocean’s 8» en clave porno, y en la que las damiselas deben hacerse con unos cuantos millones de dólares en criptodivisas en poder de un mafioso ruso que interpreta el bueno de Marcello Bravo. En resumen: porno del bueno al más puro estilo europeo.
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