Algunos lectores dicen echar de menos nuestras regresiones pornográficas a épocas en las que los matojos estaban a la orden del día, había guionistas y los actores llevaban bigote. Y lo hacemos por todo lo alto, con un recopilatorio de dos horazas que rinde tributo a una de esas actrices que son mi debilidad: Kay Parker, una MILF adelantada a su tiempo que entró en el negocio con 33 años (poca broma) a finales de los 70 y lo dejó con 54 primaveras cumplidas, tras una trayectoria de dos décadas y un centenar de cintas.
Tendréis que disculpar la calidad de algunos segmentos, pero con el material vintage ya se sabe.
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