Todo el mundo conoce la buena fama de la carne argentina y el buen gusto que tienen en el país sudamericano por degustar su excelente producto de diferentes y suculentas maneras. Tan famosos son sus asados como la belleza de sus mujeres. Carol Ferrer es uno de esos manjares llegados desde la tierra de las brasas a Cumlouder. Una diosa de fuego en la que es complicado elegir con qué corte de todo su cuerpo quedarse. El problema es que si la pones sobre ascuas y dudas mucho por donde hincarle el diente, igual tienes que acabar remojando su colita en la piscina para que no se pase de punto.

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