El porno es fascinante: uno se pasa la vida viendo vídeo de gangbangs que terminan echándole el esperma encima a la chica porque el bukkake es lo más morboso y extremo que se les ocurre, y luego empieza a ganar notoriedad una web llamada Gangbang Creampie por la sencilla razón de hacer justo lo contrario, correrse dentro de la starlet (y numerar la corrida con un rótulo sobreimpresionado en pantalla, como tiene que ser). De pronto esta concesión a lo convencional se convierte en algo mucho más morboso y extremo, y ver a la neumática de Leicester McKenzie Lee recibiendo inyecciones de lefa se vuelve un espectáculo poco habitual. ¡Y sigue girando la rueda!
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