Si Kristina Rose no hubiese decidido volver a rodar porno en 2016 tras un trienio sabático (aunque en realidad se dedicó a bailar por clubes a lo ancho de Norteamérica, con algún chapuzón eventual en el porno lésbico) jamás habríamos tenido oportunidad de verla enfrentarse a damiselas que llegaron después de su semirretirada y que guardan cierto parecido con su perfil como profesional. Holly Hendrix se ha proclamado starlet revelación del año en los premios AVN gracias al desparpajo de sus actuaciones y a la capacidad indescrutable de sus orificios dispuestos a todo.
No creo que Kristina ceda el relevo a Holly, porque si ella quiere todavía le queda carrera por delante, pero ver a grandes representantes de dos hornadas distintas comerse mutuamente en Girlfriends Films (la propia Kristina hace de madura lesbiana cuando en 2008 hizo de inocente teen en la misma web) tiene algo de improbable y emotivo.
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