Hace ya un año que pulula por pornolandia con cierta timidez (no debe de haber rodado más de diez escenas) una dulce damisela que habíamos pasado por alto y que tiene esa mezcla de cuerpo breve, mirada tierna y culo absolutamente demoledor que tan pocas veces suele darse en la cantera rusa, más especializada en cisnes de esbelta figura y gélida actitud. Rebecca Rainbow despide la misma ternura juvenil que su apellido artística, y con escenas como las que vamos a revisar hoy se presenta como uno de los talentos con más potencial del porno europeo en el último año. Veremos si decide aprovecharlo.
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