Hoy vamos a volver a Rachel Starr, que sigue trabajando aunque a un nivel alejado del de los mejores momentos de su carrera, pero no tenemos intención de contemplar sus últimos trabajos o volver a adjetivar ese culo cuasi legendario que tiene, sino para destacar una habilidad en la que siempre destacó y nadie se encargó nunca de reconocerle. No hay muchas pornstars profesionales que sean contratadas por productoras famosas para rodar escenas en las que solo masturban a un compañero, y si Rachel fue una excepción en ese sentido —hasta cinco veces estuvo en Tugjobs, el desaparecido website de Bangbros dedicado a la paja a terceros— fue porque se le daba mejor que a ninguna otra. La maestría de sus movimientos, la intensidad de su mirada, la provocación de su voz; una mujer que lo hace todo bien. Veamos sus mejores trabajos manuales.
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