Suponemos que el placer que da hacer deporte aumenta si la chica, en este caso, sale a hacer footing con un plug anal. Además, así el entrenamiento es más completo, puesto que de ese modo se ejercita tanto las piernas como el esfínter. Y si muestra su juguetito insertado en el culo al primer maromo que se encuentra, podemos decir que se trata de una evidente declaración de intenciones por parte de la hermosa runner, que irremediablemente termina el entrenamiento en su alcoba junto al afortunado muchacho.
Así es la rocambolesca trama de esta escena protagonizada por Quinn Wilde y Lucas Frost, que regalan a la audiencia un intenso encuentro anal. Lo cierto es que la alegría sería colectiva si este tipo de argumentos bastante cándidos se dieran con frecuencia en la realidad cotidiana.
Comentarios