Hace unos meses, el_bicn le dedicó un post nostálgico a Brooke Lee Adams y hoy retomo el camino para contaros los complicados motivos de su retiro. Nacida como Rebecca Farris en 1996, su singular belleza se la debe a una mezcla entre iraní y británica. A los 20 años, y siendo aficionada a ver porno, entró en el sector trabajando detrás de las cámaras como directora y productora pero, y aunque no aspiraba a demasiado, le pareció divertido convertirse en actriz. Enseguida se hizo popular por su físico y su inocente sonrisa, llegando a estrenarse analmente para la compañía Elegant Angel. Posteriormente sería Mike Adriano quien le trabajara el trasero para la misma compañía.
Pero fueron varios los problemas personales que dificultaron su carrera en el porno y que terminaron con su abandono. Empezó a consumir alcohol y drogas para soportar un tumor cancerígeno en una de sus caderas, sus padres la repudiaron su carrera en el cine para adultos porque eran religiosos y además se hizo cargo de su hermana un año mayor que sufría de esquizofrenia. También tuvo un par de incidentes que supusieron un punto de no retorno: se presentó totalmente borracha a un rodaje y en el camino a otro tuvieron que cambiar de ruta a un hospital porque sufrió un ataque cardíaco. Cuando volvió en sí lo primero que escuchó a su alrededor fue «qué lástima, una chica tan joven».
Eso fue en el 2011 y después de un tiempo de rehabilitación estuvo rodando únicamente para su pagina web llamada «Dirty Little Me», retomando su faceta en como productora. Lo último que se supo de ella fue que apareció en varios sitios de escorts y además en el famoso burdel de Nevada «The Bunny Ranch».
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