Savannah

Con un cuerpazo demoledor y cierta tendencia autodestructiva, Savannah no se lo pensó dos veces cuando Vivid le ofreció un contrato en 1991, meses después de su debut en películas de baja estofa, y la fama le sobrevivino en seguida. La popularidad vino con drogas, fiestas, alcohol y dispendios absolutamente desproporcionados de dinero, así que los problemas financieros llegaron tan pronto como los ingresos aumentaron. Paralelamente, su vida sentimental tampoco iba sobre ruedas, y todo esto derivó en un proceso depresivo que obligó a Vivid a despedirla por mal comportamiento.

Tras haber salido con gente famosa de Los Angeles (incluido Vince Neil), Savannah encontró el amor en otra pornstar, Jeanna Fine, con quien mantuvo un largo y apasionado romance y de la que siempre declaró estar completamente enamorada.

En plena debacle de su carrera, una madrugada de julio de 1994, Savannah sufrió un leve accidente de tráfico cuando conducía borracha junto a su amigo Jason Swing tras una noche de fiesta. El golpe le había roto la nariz y le había producido cortes en el rostro, pero se encontraba bien, así que ambos fueron a casa de Savannah para curarse. Al llegar, la actriz le pidió a su amigo que sacara a pasear a su rottweiler Daisy mientras ella se duchaba. Minutos después, su amiga Nancy Pera llegaba a su casa y la hallaba en un charco de sangre: Savannah se había disparado en la cabeza con una 9mm. pero aún respiraba. La mañana del 11 de julio, tras entrar en coma, la pornstar fallecía en el St. Joseph’s Medical Center de Burbank. Tras una investigación, la policía dictaminó que Savannah pasaba por una severa depresión y que quizá había llegado a la conclusión de que las heridas provocadas por el accidente afectarían a su profesión, y esa fue la gota que le empujó a quitarse la vida.