Puma Black
Rusa de nacimiento aunque se mudó de muy pequeña a Budapest, esta húngara de adopción lleva el frío de las estepas en su mismísima mirada. Entró en el porno en 2004 y lo hizo muy a sabiendas de dónde se metía y en qué quería convertirse. Confiada, agresiva y muy complaciente para cualquier pornógrafo que buscara una zorra insaciable que nunca diga que no a nada, su gran baza está no solo en su actitud (muy amante del anal, además) sino en un cuerpo de infarto, fibroso y trabajado pero muy elástico, coronado por dos implantes de silicona tipo flan.
En el otro extremo, está una belleza algo disimulada en su rostro bastante vulgar que ella misma ha sabido potenciar a base de maquillaje y algún piercing para tomar el aspecto de la superputa definitiva y desatada que demostró ser hasta el día mismo de su retirada.