Marina Visconti
Dice Marina que cuando era una adolescente los padres de sus amigas les decían que cambiasen de compañías. Esta menuda moscovita fumaba, bebía, tomaba drogas socialmente, veía porno (solo el de Sasha Grey quien, dice, es muy famosa en Rusia) y escuchaba a Rammstein. Era una chica mala y parecía destinada a vivir de esa «maldad».
Con su cuerpazo completamente natural y repleto de curvas, y su mirada gélida, Marina Visconti conquistó los corazones de todos los pornófilos del planeta en su debut en 2013, con solo 18 añitos. Corría el riesgo de ser una de tantas superpotencias pornográficas andantes que terminan quedándose en el porno europeo y ruso sin liberar todo su potencial, pero alguien asesoró de maravilla a la excelsa Marina y esta no dudó en cruzar los océanos para probar suerte en la meca del porno.
En la industria americana no suele hacer demasiado caso a las rusas que llegan con ganas de triunfar, sobre todo en plena eclosión latina y la obsesión por los culos grandes, pero el poder de atracción de esta damisela le otorgó la atención de multitud de productoras internacionales. Evil Angel, Bangbros, Brazzers, Jules Jordan Video, Mofos, Cumlouder, Perfect Gonzo, Naughty America, Team Skeet, Reality Kings… la lista es interminable. Fue la demostración de que con un cuerpo increíble, un rostro bonito y un talento en constante evolución (aunque ella siempre dice que no se trata tanto de evolucionar como de sentirse cómoda en el rodaje y mostrarse como es ella misma frente a la cámara), todos los prejuicios y estadísticas acaban por quebrarse y las cosas caen por su propio peso.