Isabella de Santos
Un nuevo triunfo del mestizaje y la mezcla étnica, aunque en este caso bastante concentrada en Sudamérica: Isabella nació en Colombia pero corre sangre peruana por sus venas. Se mudó de pequeña a Miami y allí fue donde el gusanito de la marranada. El libertinaje al servicio de la sensualidad para explotar un cuerpo que estaba destinado a la seducción, aunque después de educarse en un colegio religioso nadie esperaba que su decisión de vivir de su físico fuese tan explícita.
A pesar de su 1,55 de estatura no le costó encontrar trabajo como modelo: sus enorme ojos marrones y la cálida seguridad de su sonrisa hacen que Isabella sea una de esas pocas pornstars capaz de caldear el ambiente aunque solo se la observe de cuello para arriba. Catalogada desde sus inicios en primavera de 2014 como el epítome de la adorabilidad latina (de hecho fue nominada al AVN a la Cuttest Newcomer), ella misma decidió que no quería quedarse solo en una cara bonita, así que cada vez parece más centrada en especializarse en el sexo anal, la práctica que otorga más prestigio a las profesionales.