Dana Dearmond

De adolescente Dana fue una famosa patinadora profesional que terminó sus días sobre el hielo trabajando en espectáculos de Disney. Su paso al lado oscuro fue cuando decidió sacarse un sobresueldo en un club de striptease en Florida, donde el alcohol y la fiesta empezaron a controlar su vida. El desenfreno la llevó a probar suerte grabando escenas de BDSM para páginas web especializadas, y cuando vino a darse cuenta ya estaba recibiendo pollazos en el porno comercial. Poco después, Dana consiguió dejar de lado sus adicciones y ordenar su vida entorno a su nueva pasión: el sexo filmado. En 2007, dos años después de su debut, la tragedia se cebó con ella cuando un incendio devastó su casa y todas sus pertenencias. La industria del porno casi al completo se volcó para ayudarla con algunos actos benéficos, y Dana consiguió salir adelante y convertirse en una de las profesionales más valoradas de la industria tanto por sus compañeros como por crítica y público.

Además de su especial talento para todo tipo de prácticas sexuales sin ningún remilgo (hace literalmente de todo), Dana también es una reputada cineasta que ha dirigido un par de documentales, algunas películas X, y ha sido modelo de algunos prestigiosos libros de fotografía erótica. Dicen quienes han trabajado con ella que es uno de esos escasos ejemplos de pornstar que también sabe interpretar con cierta soltura.