Cory Chase

La carrera de Cory Chase en el porno no empezó de la manera habitual: a sus treinta años, y casada con el que dice que es el amor de su vida, empezó a rodar escenas amateur de considerable factura técnica que empezó a vender en internet a través de plataformas como Clips4Sale. Era una manera de divertirse con su pareja y sus amigos de círculos swingers, de exhibirse en la red y de ganarse un sobresueldo para complementar su empleo normal de 9 a 17 que a estas alturas aún conserva. La cosa empezó a salirse de sus estimaciones, sobre todo gracias a la afición que Cory y su marido tenían por contratar a pornstars de segunda fila y representar escenas de rol de alto contenido incestuoso. Su papel, el de mamá abnegada que al final acaba sumándose a las correrías pornográficas de su esposo, empezaron a hacerla destacar.

Y ya se sabe cómo va esto: si el porno semiprofesional funciona, las compañías grandes no tardan en interesarse y llamar a la puerta. Así fue como Cory Chase pasó del porno de rebotica que grababa en su dormitorio a las mansiones de Beverly Hills que suelen alquilarse para rodar porno profesional del máximo nivel. A base de trabajo abundante y bien hecho, esta hermosa MILF rubia (que se acerca a los cuarenta con un cuerpazo envidiable fruto del crossfit intensivo y del levantamiento de peso, que le confieren una figura definida y fibrosa coronada por un excelente trabajo de cirugía estética en sus pechos) ya está en nómina de algunas productoras como Brazzers, Evil Angel o Naughty America, que solicitan sus servicios a menudo, a sabiendas de su buena capacidad para cualquier tipo de porno (sexo anal incluido) y no dudan en explotar esa faceta MILF que tanto le pega.

Una anécdota: en septiembre de 2017 se hizo viral una captura de pantalla que demostraba que Ted Cruz, el senador republicano por Texas, había dado «me gusta» a un vídeo porno en Twitter. La protagonista del vídeo en cuestión era, efectivamente, la bella Cory Chase.