Chloe Conrad
Como buena australiana, Chloe es una gran aventurera. Se crió en Nueva Zelanda y un año antes de graduarse en el instituto dejó los estudios (en los que, asegura, era excelente) por puro aburrimiento, se fue de casa y se dedicó al striptease. La vida le sonreía y le llenaba los bolsillos, así que no dudó en viajar todo lo que pudo viviendo del baile erótico: Japón, Tailandia, Siberia, Nepal (donde dio clases de inglés a algunos niños y aprendió el idioma), China, Egipto, Sudán y Gran Bretaña fueron sus destinos, y dice que se quedó con ganas de ver India y Filipinas. A su llegada a la pérfida Albión, esta rubia despampanante se metió en el porno para pagar el alquiler y parece que le cogió el gustillo. «¡Por aquel entonces solo había estado con cinoc tíos!», afirma. Está claro que vio el cielo abierto.