Ava Taylor

La dulzura de Ava Taylor que provocó la apertura de hilos apasionados en foros especializados cantando las virtudes de tan atractiva jovencita acabó por dejar un sabor amargo en los pornófilos que la encumbraron cuando decidió retirarse de una manera algo atípica. Su llegada encandiló a muchos gracias a la dualidad de su belleza: cuando llevaba las gafas puestas era del todo adorable, una pequeña postadolescente de labios carnosos y mirada misteriosa que despertaba la libido de cualquiera, y cuando se quitaba las gafas se producía una transformación que recordaba al clásico personaje de película de instituto: la muchacha de gafas que cuando se las quitaba resultaba estar buenísima.

Su trabajo en productoras como Reality Kings, Bangbros, Pornpros o Kink le valieron el prestigio como una de las starlets de perfil teen (entró en la industria nada más cumplir los 18; efectivamente no hay nada más teen) con más futuro y proyección de la industria, enamorando a docenas de espectadores con cada nueva aparición. Ese camino hacia la gloria se vio bruscamente interrumpido meses después de su debut con el lanzamiento del documental Hot Girls Wanted, una producción de Netflix dirigida por Rashida Jones sobre la industria del porno y el erotismo por webcam en el que Ava aparecía diciendo que había dejado el porno y no quería tener nada que ver con él. Parece que esto no sentó bien a sus seguidores, sobre todo por la forma algo injusta y sensacionalista con la que el documental retrataba el mundillo.

Tras su retirada, Ava volvió a su ciudad natal en Chicago y se matriculó en un curso para ser fotógrafa profesional mientras trabajaba a media jornada en un centro comercial.