Apolonia Lapiedra
Apolonia levantó pasiones e hizo correr ríos de otra cosa que no es tinta desde su misma llegada a la industria del porno. Posiblemente porque pese a ser una jovencita española del mismísimo Albacete, tenía muy poco que ver con el tipo de perfiles que se estilan en el panorama nacional. Apolonia llegó siendo jovencísima, guapísima de una belleza refinada y con un cuerpo esbelto y juvenil que es pura sensualidad; casi sabe mal verla haciendo porno. Casi.
Su advenimiento se produjo de la mano de Mofos en su división española, aunque también ha trabajado con Private, Bangbros, Team Skeet y Viv Thomas. El verano posterior a su debut primaveral fue especialmente activa, y en el tiempo que lleva trabajando desde aquel pico en su volumen de producción ha logrado llegar a situarse en la primera línea del porno nacional, batiéndose el cobre con las más grandes del negocio. El secreto quizá está lo mucho que ha evolucionado su actitud ante la cámara, algo tímida al principio, para convertirse en una leona de nariz respingona capaz de hacer lo que se proponga.
En el momento de escribir este texto Apolonia ya acumula medio centenar de escenas para Cumlouder, ha trabajado con Pierre Woodman y con Marc Dorcel y ha sido chica de portada en una de las películas de Nacho Vidal que Evil Angel editó a escala mundial, Nacho’s First Class Fucks, como también copó la cubierta de Les Michtoneuses, una de las producciones de altísima calidad que Jacquie Et Michel empezaron a publicar bajo el sello Elite en 2016, y ha debutado en Brazzers con una escena junto a Keiran Lee de esas que sirven de trampolín de cara a la proyección internacional. Ahora solo le falta cruzar el Atlántico y llegar a la Meca del porno, en la costa Oeste, si quiere convertirse en una superestrella total. En sus manos está.