Fijaos en un detalle: en numerosas bases de datos donde aparece la británica Tiffany James, suele figurar como modelo de desnudos, presentadora ocasional de televisión (en Reino Unido hay un programa erótico nocturno muy famoso llamado BabeStation, y por él han pasado casi todas las pechugonas casquivanas del reino sajón) o escort. Pero en muchos se les olvida la faceta que hoy queremos destacar: la de actriz porno.
El motivo es que, aparte de escenas en solitario y retransmisiones por webcam, el poco trabajo con pollas que ha realizado es de factura amateur y lo vende ella misma en plataformas de distribución. Hoy echamos un vistazo a ese lado suyo más salvaje y nos lamentamos, vaya que sí, de que nunca haya querido prodigarse en la industria comercial del porno. No le faltaría trabajo.
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