El porno japonés tiene una característica muy habitual: se centra en representar de las fantasías sexuales. No son infrecuentes las escenas de mujeres siendo folladas por desconocidos en el metro, los hombres sometidos a un montón de colegialas o los diversos tipos de incesto, perversiones que pasan por todo cerebro humano tarde o temprano. La de hoy es muy concreta pero seguro que también la habíais imaginado: tener el poder de detener el tiempo y usarlo para sacar provecho sexual. De eso tratan este trío de escenas del más típico porno nipón, eso sí, sin genitales pixelados en el caso de las dos primeras. La tercera, aunque censurada, tiene un mejor elenco de señoritas.

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