La trayectoria profesional de Jenny Blighe parecía destinada totalmente al porno después de sus primeros trabajos como modelo erótica en sitios como Holly Randall o Twistys; es un camino habitual que muchas recorren casi de forma automática, debe de haber incluso hasta protocolos oficiosos para el trasvase de talento desde los estudios de fotografía hacia las productoras porno. Lo que nadie esperaba es que la despampanante pelirroja decidiese entrar en el porno por la puerta de atrás, limitándose a rodar escenas caseras con su novio para venderlas en plataformas de distribución semiprofesional. No es lo mismo que el porno de la industria, pero algo es algo es algo y tampoco está nada mal.
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