Ya hemos hablado alguna vez que de que en Corea del Sur, a pesar de ser una de los países más avanzados y de mayor crecimiento en las últimas décadas, está en sintonía con la mayoría del resto de Asia en cuanto a la cuestión pornográfica: no existe una industria del porno coreano por unas tremendas limitaciones legales. En Japón, no obstante, el porno o JAV tiene un volumen de producción gigantesco: es la excepción asiática; una cultura que es única en todas sus facetas.
El caso es que alguna mente maravillosa que se hace llamar hoppy3 ha decidido unir dos elementos dispares: escenas de porno japonés proatgonizadas por AV idols de la talla de Miku Ohashi, Yui Hatano o Anri Hoshizaki insertadas dentro de videoclips de pop coreano interpretado por artistas como Hello Venus, After School o T-Ara, girl bands coreanas plagadas de postadolescentes esculturales que, ojo a la ironía, quizá sean lo más parecido al porno nacional que pueden consumir los coreanos. Y la mezcla queda sorprendentemente natural.
Comentarios