La enorme verga del veterano Dredd es como una herramienta inmisericorde que desafía regularmente la capacidad vaginal y anal de numerosas starlets del gremio que nos ocupa. De hecho, las chicas, en lugar de rehuir de tan monstruosa entrepierna, acuden a los aposentos del gigantón e hiperdotado actor norteamericano para aumentar su caché, como si se tratase de una presa de caza mayor de la que presumir entre sus admiradores, compañeras de gremio y allegados. Hime Marie, con una estatura inferior a 1,60 cm, fue de las que puso en verdaderos aprietos (nunca mejor dicho) la capacidad de su esfínter, mientras que una actriz porno muy curtida en duros envites sexuales, como Lydia Black, aprobó con nota la intensa y profunda perforación del afrosemental.
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