Desde el inicio mismo de sus días como pornstar, Piper Perri tenía muy claro que su constitución física tan peculiar (repetimos: 1,45 de estatura y 34 kilos de peso) unida a sus brackets y su look juvenil iban a ser su única baza posible en un mundo donde los hiperculos, las supertetas y los esfínteres milagrosos se llevan la admiración y los vítores del público. La hemos visto varias veces explotar su pequeñez jugando al contraste con armarios roperos como J-Mac o negrazos de dos metros, pero hoy se atreve con un registro diferente: glamcore delicado y sedoso para Joymii.
Fuente alternativa:
Comentarios