El rabudo Danny Dong sigue manteniéndose como el actual rey de los pollones blancos (ya sabéis que entre los actores negros tendría un tamaño solo ligeramente por encima de la media), y no solo por la talla o el funcionamiento fiable, sino sobre todo porque el tipo no para nunca quieto, siempre está rodando. Sus escenas tienen el equilibrio justo de estructura guionizada y gonzo que uno espera de Brazzers, y sus elecciones de personal son incuestionables: en esta ocasión se pasa por la piedra a dos tremendos mujerones de talento y cuerpazo como Valentina Nappi y Peta Jensen. Físicamente, de lo mejorcito a ambos lados del Atlántico.
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