Su aire virginal y su piel blanca como la nieve hacen que Hazel Moore sea una actriz porno muy recurrente en escenas interraciales junto a actores afroamericanos muy bien dotados; por aquello de la atracción que tienen los contrastes en el porno. De ahí que esta divinidad de Nueva York haya catado todas las grandes entrepiernas de este negocio. Y es que a ella también le va la marcha, y se la ve como una niña con un juguete nuevo con un pollón oscuro entre sus manos o dentro de uno de sus orificios. En esta ocasión es Anton Harden el que clava su enorme aguijón en la vagina rosada de la señorita Moore, en una escena cortesía de Blacked, que nos recuerda a otra reconocida marca de percutores, Black & Decker.
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