El año pasado hubo otra incorporación al porno de esas que hacen de su capa un sayo y de sus implantes una bandera: Patty Michova encarna el esterotipo clásico de mujer eslava a la que el mundo de la cirugía y los retoques plásticos le ha fascinado hasta el punto de esculpirse a si misma a golpe de bisturí. Todavía está lejos del nivel de customización extrema de Aletta Ocean, pero comparte con ella cierta base de atractivo natural y una clara voluntad de aferrarse al canon artificial de belleza que a muchos seduce.

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