Katee es una de esas mujeres de muy —MUY— buen ver que se dedican a vender su cuerpo de una forma algo menos radical. No tiene que aguantar sexo con desconocidos, ni magreos: le basta con encender su webcam, esperar a que sus acérrimos pretendientes digitales paguen y echarle simpatía e imaginación. Y en eso la webcamer profesional parece que está invirtiendo más que la mayoría: la joven se ha comprado una de esas cámaras Go Pro HD estas vacaciones y se ha ido a pasear en bici con ella enfocándole. Por cierto: sí, es aquella webcamer de la otra vez. Y para que la conozcáis mejor os dejo algo más de material.
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