Ay, cómo me gusta descubriros a señoritas con estos tesoros allá donde termina la espalda. Posiblemente alguno ya sabe de ella, pero yo acabo de conocerla: se llama Paige Turnah y es una tremebunda británica de 1,80 que hasta ahora se dedicaba a la fotografía erótica, luego empezó a ejercer como escort y el año pasado se decidió a dar el paso al porno americano. ¿Y cuál es su mayor atractivo? Pues al margen de un bello rostro de rasgos duros y unos pechos naturales bien proporcionados, la señorita calza un trasero de dimensiones cósmicas, liso, firme y bien blanqueado, para que los delicaditos no se quejen.
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