No es habitual encontrarse con una starlet de nada más y nada menos que 190 centímetros de estatura en la industria pornográfica, ni siquiera en la vida cotidiana, pero la joven Olivia Madison, presentada en esta casa hace unos meses por la puerta grande, puesto que su estreno en Orgasmatrix fue a modo de anal en Tushy Raw, tiene esa sorprendente en-verga-dura. Y lo mejor de todo es que las expectativas de la espigada moza también son elevadas, puesto que para nada le hace ascos al porno hardcore ni a las perforaciones rectales si repasamos su aún corto bagaje, del que extraemos otro encuentro sodomita, además de una escena lésbica de altura con Bella Rolland, dos yeguas que los estudios no han tardado en juntarlas para ofrecer a la parroquia dosis muy elevadas de morbo.
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