La transición de Angela White hacia la industria del porno americano está siendo no solo fulgurante y voluminosísima en la cantidad de producción (está claro que, durante los años que solo rodó para su propio estudio, el esto estuvieron siguiéndola muy atentamente), sino también transversal. Angela no se casa con nadie y está trabajando con todos. Ya lo ha hecho con Brazzers, Evil Angel, Jules Jordan, Greg Lansky, Wicked, Naughty America… y hace unas semanas debutó con una compañía cuyo estilo no está del todo emparentado con su forma de trabajar: Bangbros. El resultado fue un polvazo tan magnífico como el resto y que, no por ser gonzo de factura técnica media, hace que su cuerpazo luzca menos o su actitud sea menos implicada. La australiana es un fenómeno.
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