A veces tanto porno nos desvía la percepción del mundo y cuando oímos hablar de swingers nos imaginamos despampanantes mujerones ávidos de zumbarse a cualquiera que se ponga a tiro. Pero la vida no siempre es una película de Elegant Angel, y si no mirad este orgiástico festín amateur en el que unas cuantas parejas maduras deciden verse en una casa donde no van a hacer reuniones de tupperware, jugar al mus o cantar Paloma San Basilio en el karaoke. Aquí se viene a follar como conejos, todos con todas y sin importar si aquella está un poco gorda o si esta no lo lleva depilado. Así son los swingers, gente con determinación.

Comentarios