Cuidado con la maravilla fugaz de hoy porque es de las que dejan marca en el corazoncito y en la articulación del codo a poco que uno encuentre material suyo. Esa bestia latina de proporciones colosales y belleza indiscutible llegó a la industria del porno americano desde su México natal con los apodos Cynthia Bang y Yazmina Melendez que utilizaba según le parecía mejor. Solo pudimos disfrutarla entre el otoño de 2008 y el verano de 2009, con poco más de media docena de escenas en su haber, pero solo hace falta observarla para caer rendido a sus pies. Quizá ahora, en una época de mayores excesos nalgares, habría tenido mejor porvenir, pero me temo que nunca lo sabremos.
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