Volvemos con otro de esos casos de mujerzuelas a las que no se les volvió a ver el pelo tras su primera o primeras escenas porno. Angela Valentino es un caso paradigmático: un único polvo filmado que se sepa, aunque la razón por la que jamás volvió a hacer porno puede deberse al escarmiento que debió suponer la falta de química con Castro Supreme, su gigantesca polla torcida y su actitud poco apasionada. La chica, eso sí, era guapísima a rabiar y se dejó romper el culo en la primera cita. Un respeto.
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