En un mundo posmoderno regido por las redes sociales, fundamentalmente por el siempre oportuno Instagram, las tetas turgentes y caídas pierden seguidores, cada vez más.
La fascinación por lo fitness, la adoración por los culos y el desprecio por la grasa, marca la tendencia actual definiendo el ideal de cuerpo femenino, principalmente en las propias mujeres, y poco a poco, también en los hombres.
Así como a mediados de los noventas e inicios de los dos miles, las tetas gigantescas y plásticas, estilo portada de Playboy, desplazaron gradualmente a las tetas grandes naturales con caída en forma de lágrima; hoy en día, los culos trabajados, operados o naturalmente grandes se impusieron en el gusto colectivo.
Las tetas naturales enormes ya no agradan tanto a los hombres y lo que es peor, a las propias mujeres dotadas de tan bello atributo, tampoco les gusta tanto.
Es por esta razón que mujeres como Ella Knox (recopilación en el vídeo de abajo) y Michele James en el porno – Sandra Milka no porque se agrandó el trasero – o Ruby May en Instagram, reivindican a las Diosas Ancestrales (maravillosa y algo olvidada sección de esta página) y demuestran que si bien es cierto no todo lo pasado fue mejor, hay tipos de tetas que jamás deben quedar en olvido.
Si eres uno de los nuestros, comparte a tu tetona vintage posmoderna en la sección de comentarios y formemos una gran subcomunidad a través de Orgasmatrix.
Tetas caídas, siempre arriba.
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