Recurrimos de nuevo a la infalible Hazel Moore, la deidad convertida en estrella del porno que tantas pasiones levanta en este templo y en el resto de la galaxia. Tushy Raw utiliza esta vez una recurrente cámara subjetiva para que la diva pálida vuelva a engatusar a los sufridos mortales ataviada con un bikini y con su mirada azul clavada en el objetivo. El escueto traje de baño sugiere pecados inconfesables, y la piscina y las hamacas aluden a un complejo hotelero durante la temporada estival. Cambio de toma y ya estamos dentro de una habitación sombría con esta criatura desnudándose, tocándose, provocando arritmias. Pronto, coloca su culo blanco nuclear en pompa y comienza el tejemaneje rectal en la atrayente cavidad rosácea de este maravilloso ente femenino. La audiencia, absorta, ni parpadea.

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