Crea que la única vez que hemos visto la naricita adorable y respingona de Chanel Preston inmersa en una escena con un muy alto nivel de intensidad fue aquel encuentro inolvidable con Ryan Madison, que además de ponerse creativo con el blanco y negro también estuvo especialmente agresivo en su interpretación. No obstante, el historial de salvajadas por parte de la coqueta Chanel es francamente kilométrico, y en la cafetería de Kink ya sabes perfectamente lo que va a desayunar antes de que lo pida.
Hoy asistimos a su más reciente dislocación sexual en Hardcore Ganbgbang, una absoluta muestra de devoción por su propio trabajo.
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