Algún lector de que cuyo nick prefiero no acordarme demostraba de vez en cuando momentos de lucidez al comentar algo positivo del contenido que vamos publicando. Esas veces casi siempre coincidían con la aparición en la portada orgasmátrica de escenas sacadas de Tonight’s Girlfriends, un website que hacía realidad, sin perder la elegancia y el encanto (y sin nada de sordidez, que no es fácil), la fantasía que consuela a muchos en su misoginia y que no es más que eso, una fantasía: que las pornstars son en realidad prostitutas. En TG el rol era precisamente ese: un tipo en una habitación espera a la chica de compañía de alto standing y asistimos a su liturgia de maquillaje y su ceremonia de lencería como si estuviese sola en el baño.
Hoy nos toca ver en esa tesitura a una guapísima Cassidy Klein por la que Johnny Castle no puede esperar. Y no nos extraña.
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