Hace tres años y medio escribía yo mismo la única entrada que le hemos dedicado en Orgasmatrix a Natasha Malkova, y ya por aquel entonces señalaba no sin cierta prudencia la irregularidad que reflejaba su trayectoria, como si la joven no estuviese del todo segura de esta profesión y solo trabajase de manera errática, sin un rumbo claro. El tiempo me dio la razón y seis meses después dejó de rodar porno.
Hoy volvemos a ella como un ejercicio, no tanto de nostalgia a corto plazo, como de lamentarnos por no haber prestado atención a la joyita deliciosa que teníamos delante. Un tributo a una damisela que pudo triunfar.
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