Quizá no se parezca tanto a Polar Rubio como yo afirmé en su momento, pero nadie en su sano juicio despreciaría los indiscutibles encantos de Madison Ivy, una de esas pornstars de segundo nivel (con algún que otro asomo por el primero), cuya progresión ha brillado por su ausencia por un sencillo motivo: se mueve como pez en el agua cuando se trata de grabar porno, y eso sucede desde el primer día. Por eso con la suma de factores como el talento innato de Madison y la pasión por su trabajo de Nacho Vidal, era previsible una magnífica escena como la que sigue, perteneciente a la película High Class Ass #2.

Comentarios