No sé si en el brasileño corazoncito de Monica Santhiago habrá un rincón especial para Bangbros, pero repasando su filmografía es justo admitir que el estudio de Miami ha tenido una repercusión más que significativa en su devenir profesional, y a ellos les debe (bueno, sobre todo se lo debe a sí misma y a su talento) el haber dado el salto desde la industria brasileña hasta el porno americano que obviamente multiplicó varias veces sus niveles de popularidad. El caso es que tras aquellas primeras cuatro apariciones en Bangbros, Monica dejó de colaborar con la productora y ahora, ocho años después, ha vuelto a hacerlo. Nos parece una noticia maravillosa que Monica, que sigue en activo y aparece habitualmente en lugares como DDF Network o Legal Porno, haya vuelto al gonzo floridano y soleado de quien la vio crecer como estrella internacional.
Su nueva escena no solo viene atestiguar que a sus 39 años está más buena que nunca, sino que también parece una declaración de intenciones: ha sido poner un pie en territorio estadounidense y follarse por primera vez a uno de los monolito proverbiales del nuevo porno interracial, el gran Mandingo. Y encima con sexo anal. Casi nada.
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