Siempre hablo de esa sensación remotamente cercana al orgullo que nos invade cuando vemos que una pornstar a la que prestamos atención cuando aún no era conocida pasa poco a poco a convertirse en una de las grandes. Nos alegramos por ella, pero también por nosotros: significa que algo estamos haciendo bien y que no tenemos mal criterio. El caso más prominente quizá sea el de Molly Jane, que aunque todavía no ha llegado ni mucho menos a la cima, está en el camino, y nosotros ya hablábamos de ella cuando ni siquiera había debutado en el porno profesional. Ahora ya se luce en escenas como esta para Bangbros.

Comentarios