La conocimos en su puesto de trabajo habitual, como actriz porno en una productora amateur de las que graban con cuatro chavos y venden sus vídeos a través de plataformas más pensadas para parejitas inquietas que para hacer negocio. Y siempre que veíamos su escultural cuerpo y su enigmática mirada nos preguntábamos a qué demonios espera el porno comercial para aprovechar el potencial de esta belleza. Este otoño nuestras plegarias han sido por fin escuchadas: Molly Jane ha debutado con Bangbros en el Bangbus, Reality Kings y Mofos en cosa de semanas, y esto podría ser solamente el principio.
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