Continuamos con la mitología pornera remontándonos hacia finales de los noventa y principios del nuevo milenio con la estrella del porno húngara Monica Roccaforte, una verdadera actriz de culto pese a su corta carrera.
Poseedora de una belleza natural asombrosa e inigualable, Monica Roccaforte fue descubierta por el francés Pierre Woodman cuando trabajaba con la productora europea Private. Fue este quien le propuso que se trasladara a Italia, donde alcanzó una gran popularidad de la mano del célebre director italiano Mario Salieri, con el que filmó la mayoría de sus películas. En tierras italianas también conoció a otra estrella del porno, el venezolano Franco Roccaforte, con quien se casó para retirarse al poco tiempo de la industria pornográfica. Tras el retiro, ambos se trasladaron a Chile, lugar que eligieron para criar a sus hijos.
Monica cumplía perfectamente con el arquetipo del afamado director italiano: mujer con curvas abundantes que derrocha sensualidad y personalidad frente a la cámara. No en vano, se convirtió en la actriz fetiche de Salieri, que la incluyó en el reparto de algunas de sus películas más destacadas, como «Nápoles», «Stavros», “Casino”, “El mundo perverso de la miss” y «Fuga de Albania»; trabajos en las que Monica dejó el listón muy alto.
Un hito importante en la carrera de Monica Roccaforte fue cuando Mario Salieri la convocó en 1998 en Roma para que formara parte del reparto de «El Confesionario», film que provocó mucha controversia debido a que se rodó dentro de una iglesia y a que el actor principal era un sacerdote. Monica Roccaforte, por su parte, interpretaba a una joven y voluptuosa feligresa. Podéis ver a continuación dicha película al completo, así como «El mundo perverso de la miss» y un muestrario con algunas de las apariciones más sonadas de la gran diva húngara.
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