Hemos hablado solo un par de veces de Miss Raquel, pero jamás nos hemos parado a examinar con atención la relación que se establece entre sus niveles de popularidad y el talento demostrado frente a la cámara. Y lo cierto es que esa relación no podría ser más injusta: es una starlet de culto que tiene enamorados a unos pocos seguidores pero que nunca ha llegado a situarse entre las grandes estrellas de la industria, y eso a pesar de nueve años de experiencia en el sector, un culo absolutamente tremendo, un cuerpo que a sus 33 años está mejor que nunca y un descaro a la hora de cabalgar rabo que solo debería traerle reconocimiento. Desde aquí volvemos a ella, a su escena más reciente (la única de 2017) y a otras que se publicaron hace unas pocas semanas para reivindicar a una señora de un potencial estratosférico sin explotar.

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