Siempre que nos adentramos en el porno estrictamente nacional de otros países nos fijamos en los patrones, quizá guiados por diferencias culturales, que gobiernan los gustos de cada región. En el porno francés, por ejemplo, siempre señalamos el hecho de que toda mujer que triunfe en aquella industria tiene como denominador común un rostro muy bonito, como si a los franceses el resto del cuerpo les importase un poco menos que una cara expresiva y agradable.
El caso de Mina Sauvage no escapa a esa lógica: es una preciosidad de rasgos juveniles, una mujer guapa de verdad, pero su rostro no desmerece el resto. Mina tiene un cuerpazo natural absolutamente demoledor que sabe usar de maravilla, incluida una mirada cómplice que derrite a cualquiera. Habrá que tenerla muy en cuenta.
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