Mia Khalifa vuelve a ser trending topic mundial en Twitter después de ofrecer una entrevista para Hero Magazine, una entrevista en la que no se corta y cuenta, en detalle, el efecto psicológico devastador que supuso su corta carrera en el porno y las dificultades que le ha supuesto para seguir adelante con su vida. Una entrevista conmovedora de la que traduzco libremente algunos fragmentos. La entrevista entera, en inglés, puedes leerla en este enlace.
Entrevistador: Explícame porque no lo entiendo. Tienes más de 18 millones de seguidores en Instagram y más de tres millones en Twitter. ¿Por qué te arriesgas a hablar con un periodista como yo, después de haber pasado tantas malas experiencias cuando podrías publicar todo en la plataforma que tú misma has construido?
Mia Khalifa: Quiero abrirme a personas que solo de esta forma podrán conocer mi historia. Tal vez tus lectores han oído hablar de mí a través de periodistas a los que has aludido antes, con una opinión sesgada sobre quién soy. Quiero que la gente sepa que soy mucho más de lo que fui durante los meses de mi vida que hice porno. Hacer porno, desafortunadamente, fue como dispararme en el pie, y ya nunca voy a poder tener una carrera que no esté a la vista del público. Lo intenté durante un año. Dejé la industria, perdí mi cuenta en Instagram, me corté todo el pelo, me lo teñí de rubio, intenté con todas mis fuerzas tener una vida normal, trabajando en dos oficinas diferentes que no tenían nada que ver con el entretenimiento para adultos. Pero me reconocían en todas partes. Hizo que un trabajo normal fuera mucho más difícil porque no era sólo para mí, sino que estaba empezando a afectar a las personas que eran mis superiores, las personas que se arriesgaban contratándome. Así que decidí que tenía que dejar Miami y empezar de nuevo. Me mudé a Austin, Texas, y decidí intentar hacer una carrera fuera de Instagram. Más tarde me mudé a Los Ángeles, reabrí mi cuenta, y en un parpadear, tenía diez millones de seguidores. Todavía no tengo ni idea cómo.
Entrevistador: ¿Cuáles son los pasos para entrar en la industria X?
Mia Khalifa: En realidad es mucho más simple de lo que se piensa. Alguien se me acercó, me dio una tarjeta de visita y me preguntó si quería ser modelo. Busqué en la página web y vi que era de desnudos. Fui allí, entré y recorrí la oficina y fue tan normal, que parecía la oficina de la BBC. Despachos, ordenadores, fotos de familias en las paredes y cosas tontas que mostraban sus trabajadores, la mayoría mujeres. Una me dio el tour, otra me peinó y me maquilló, una tercera mujer me arregló el vestuario… Estaba lleno de gente que te hacía sentir segura. Me dejé llevar por eso fácilmente. Sentí que no era gran cosa y que tal vez podría hacerlo y nadie se enteraría. Así que dije que sí. Cuando las luces se encendieron y estábamos en el set, fue pura adrenalina sin adulterar lo que sucedió. Me han pedido antes que cuente cómo me sentí durante una escena y todo eso y realmente no puedo recordar ninguna de ellas. Fue estar en una prueba, que me dijeran lo hermosa que era y que alguien corriera a traerme el almuerzo. Pequeñas cosas como esas te hacen sentir como el centro del mundo. Luego te pones frente a la cámara y tu adrenalina se dispara. Recibes una llamada un par de días después, dices que sí porque ahora ha bajado esa adrenalina y estás en plan, «OK, será mejor que lo haga de nuevo para seguir sintiendo eso». No quería que esa sensación se desvaneciera, no quería que desapareciera.
Entrevistador: La forma en que lo describes suena como la gente que conozco que ha luchado contra las adicciones. ¿Fue tanto un impulso para ti como un trabajo?
Mia Khalifa: Sí y no me sentí lo suficientemente confiada para decir que no, porque sentí que decir que no cerraría todas las puertas para que me dijeran que soy hermosa otra vez. No quería cerrar esa puerta. Además, estaba en una habitación llena de hombres blancos mayores cuando firmé mi contrato, y me pidieron que lo firmara delante de ellos. Mi mano temblaba tanto que no podía concentrarme en una palabra. Estás bajo mucha presión. Tienes miedo de hablar y tienes miedo de hacer preguntas porque no quieres ser percibida como una tonta.
Entrevistador: ¿Qué derechos tienes sobre las imágenes y los vídeos que se hicieron durante ese período?
Mia Khalifa: Cero. Ellos tienen el control total sobre ese material, incluso se niegan a darme el dominio con mi nombre.
Entrevistador: Nunca podremos ser totalmente conscientes sobre cómo la pornografía está en el corazón de nuestra cultura. Una de las cosas más inquietantes, pero también fascinantes, es cómo la etnicidad se convierte en una especie de mercancía.
Mia Khalifa: Cuando quisieron centrarse en el hecho de que yo era de Oriente Medio, y a pesar de ser católica, querían ponerme la ropa tradicional musulmana y mi primera reacción fue que iban a conseguir que me mataran. Lo comenté, y todo el equipo en la habitación se rió y dijo: «prueba el azul ahora». Así que sabía exactamente en qué tipo de territorio estaba entrando, y expresé mi preocupación. Pero tenía miedo de que me dijeran que me fuera a casa y que otra chica me reemplazara. No era que necesitara el cheque de 1.000 dólares, es más bien que tenía miedo al rechazo. Así que eso es lo que realmente me impidió hablar más de lo que debería. Ahora ya no me contengo. Si no me gusta algo, vas a saber cuánto no me gusta. No quiero volver a estar en una habitación llena de hombres y tener demasiado miedo para decir «NO».
Entrevistador: Dime cómo fue cuando saliste de la industria y tuviste que reconstruirte emocionalmente.
Mia Khalifa: Me tomó mucho tiempo. Después de dejar la industria tuve una relación con un hombre que me trató lo suficientemente bien, era bastante agradable. Pero también era extremadamente dependiente de él, hasta el punto de que la situación era debilitante. No podía estar sola en absoluto. No tenía idea de que iba a explotar todo pero sabía que quería seguir una carrera en los medios sociales y no podía hacerlo hasta que hubiera trabajado en mí misma. Después de mudarme a Austin -sola por primera vez en mi vida- decidí empezar a ir a terapia. Esto realmente me ayudó a llegar a la raíz del problema y darme cuenta del porqué me sentí dependiente de un hombre. Ahora, de repente tenía todas las herramientas para hacer las cosas sólo para mí. De ahí vino mi verdadera confianza y fue la primera vez en mi vida en la que sentí que el porno podría no tener que estigmatizarme para siempre.
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